Maldivas

Playas paradisíacas, aguas cristalinas, arena blanca y fina, palmeras acariciando el océano, uno de los mejores fondos marinos del mundo… Es difícil escribir un artículo sobre las Maldivas y que no parezca un anuncio de viajes de luna de miel, pero es que la realidad supera lo que uno pueda leer en revistas desde casa. Sin embargo, nosotros hicimos un viaje un poco distinto del que aparece en los panfletos.

Viajamos a las Maldivas con mochila, algo que hasta hace muy poco no sabíamos ni que se podía hacer y es que, de hecho, se puede desde hace sólo unos años. La ley en Maldivas no permitía que hubiera alojamientos turísticos en las llamadas islas locales (donde viven los maldivos), así que la única forma de visitar el archipiélago era alojándose en islas privadas. Es decir, en resorts, todos muy lujosos y muy bonitos, hay que decirlo. La cosa ha cambiado los últimos años, desde que se modificó la ley y empezaron a proliferar los alojamientos en islas locales, regentados casi siempre por gente del lugar, a diferencia de los resorts que normalmente forman parte de grandes cadenas internacionales, y de precio mucho más asequible.

Así que ahora que es posible viajar a las Maldivas en plan mochilero, conocer la vida local y disfrutar igualmente de un entorno de lujo, se están acabando las excusas para no ir. Aunque los precios de billetes de avión desde Europa siguen siendo caros, es el destino perfecto para combinarlo con un viaje a Sri Lanka. Evidentemente, esto tiene consecuencias bastante importantes para el país y, por lo tanto, también para futuros visitantes. El ritmo de construcción de las islas locales (al menos las 2 que visitamos, aunque parece claro que es algo extendido) es impresionante: por cada edificio hay otro en construcción, todos futuros hostales y guesthouses. Es lógico y es inevitable, los maldivos quieren subirse al carro del turismo y los beneficios económicos que supone, y los viajeros queremos alojamientos asequibles, pero podría hacer que en unos pocos años las islas locales de las Maldivas hayan pasado de ser destinos remotos, con un ritmo de vida tranquilo y la opción de disfrutar de playas vírgenes, a ser otro destino de playa explotado por el turismo, y entonces sí, paradójicamente, se tenga que ir a un resort para disfrutar de las Maldivas en su estado más puro.